Mi Compromiso con la Democracia
Ingresé a la política con la misión de proteger la democracia, un legado invaluable de mi padre, quien enfrentó exilios en su búsqueda de libertad y justicia. Mi adolescencia transcurrió en el exilio en el Reino Unido durante la dictadura de García Meza, donde terminé la secundaria y comencé estudios en economía mientras trabajaba a medio tiempo. Este período, bajo el gobierno de Margaret Thatcher, me sensibilizó sobre las diferencias ideológicas en economía y su impacto en la sociedad. Regreso a Bolivia: Tras la restauración democrática en 1982, volví a Bolivia para continuar mis estudios y trabajar en el Banco Central de Bolivia y la Confederación de Empresarios Privados. Luego, obtuve una beca para estudiar ingeniería civil en Estados Unidos. Desde 1990, me dediqué a proyectos de infraestructura y desarrollo empresarial en el sector privado, con un breve periodo en cargos públicos. Reflexión y Activismo: En 2016, mientras trabajaba como consultor internacional en Belice, reflexioné sobre mi rol en la sociedad y vi que Bolivia se deslizaba hacia el autoritarismo. Decidí regresar y unirme al activismo del 21F en defensa de la democracia. Este compromiso me llevó a publicar mi libro “Proceso de Cambio, el milagro que no fue” (2018) y a contribuir en la formación de Comunidad Ciudadana, lo que finalmente me llevó a la diputación. Mi trayectoria refleja un compromiso inquebrantable con la libertad, la justicia y el desarrollo de Bolivia.
Valores y visión
Cuando los jóvenes me preguntan qué se requiere para ser diputado, mi respuesta no tiene que ver con la formación académica o las ideologías políticas. La política no es una carrera para la prosperidad personal; requiere algo más profundo.
Para ser un buen político, se necesita indignación y esperanza. La indignación es la respuesta a una problemática social que afecta negativamente a nuestra sociedad. Es el motor que impulsa a actuar. Pero también es necesaria la esperanza en un cambio positivo y la determinación de trabajar para lograrlo.
Mi propia experiencia me ha enseñado que esta mezcla de indignación y esperanza es la base de un buen político. Mi indignación ante la injusticia, la pobreza, la corrupción y otros problemas ha sido mi motivación. Pero es mi esperanza en la capacidad de cambio de los bolivianos lo que me llevó a asumir el rol de Diputado.
La política es la unión de pasión y acción: la indignación que nos impulsa y la esperanza que guía nuestras acciones hacia un futuro más justo para todos.
Mi trayectoria
Soy ingeniero paceño, economista con maestría en administración de empresas. Estudié en el colegio alemán Mariscal Braun, siendo adolescente partí al Reino Unido a vivir el exilio de mi padre. Ahí terminé la secundaria. Regresé a la patria para continuar mis estudios, mientras trabajaba en el Banco Central de Bolivia y luego en la Confederación de Empresarios Privados. Con una beca, fui a Estados Unidos a estudiar ingeniería civil. Culminados mis estudios retorné a Bolivia para dedicarme a mi profesión, en proyectos de infraestructura y desarrollo empresarial desde el sector privado. Ocupé altos cargos públicos, desempeñándome como Subsecretario de Comercio, director del Instituto Nacional de Promoción de Exportaciones y director general de Impuestos Internos, entre otros, que me permiten tener una visión clara del manejo del Estado. Fui consultor internacional en el Caribe y Centro América.
Escribí el libro “Proceso de Cambio, el milagro que no fue”. Comprometido con el futuro de la patria, me metí de lleno en la política, siendo electo como diputado por la circunscripción 7 de La Paz, con casi cien mil votos. Bajo el lema de “libertad es prosperidad”, tengo determinación para vencer los desafíos que presenta la Bolivia actual. Propongo como ejes: propiedad privada, seguridad jurídica, justicia independiente, estado de derecho, democracia plena.







